
“Juro por mi vida y mi amor por ella, que jamás viviré para nadie, ni exigiré que nadie viva para mí” Ayn Rand
Mas allá de lo que somos, nosotros movemos al mundo, compartimos un universo puro en donde rechazamos el desastre, poseemos un impulso irresistible de lucha y voluntad y, un sentimiento glorioso de la habilidad para vencer. No trabajo más que un beneficio propio, que me he ganado honestamente sin ser esclavo ni capataz de esclavos.
Precisamente, mi vida es una línea recta, entre un propósito a otro más elevado, con el conocimiento que cada día de lucha no es desperdiciado sino que cada uno contiene todos los anteriores. Odiaría ser admirado sin razón, de una forma ciega, emocional e instintiva; no me importa ser admirado por el corazón de cualquier persona, pero si me importa ser admirada por la cabeza de las especiales.
Justamente, busco la felicidad y, más aún, la experiencia de una sensación mayor que es la bendición de ser uno mismo y de estar enamorado de existir en este mundo. Es esa la sensación de encontrarme en medio de una corriente de aire limpio con una inmensa liberación, como cuando uno recién ha tirado un peso de los hombros, sin preocuparme de lo que los demás pensarán, y con el alivio de que esto en realidad no me importa.